Monday, October 22, 2007

The Cure en concierto primera parte


(20 de octubre de 2007)

Era la primera vez que vería a The Cure en vivo y mis expectativas eran enormes ya que mucho había escuchado sobre las actuaciones en vivo de (el ahora) cuarteto británico (que no de Liverpool), y más había estado inmersa en su música especialmente desde hace dos años, así que ¡cómo no esperar tanto de un primer concierto en vivo después de esperarlos tres años para gozarlos tal como yo deseaba!

Mis expectativas no fueron rotas, no hubo decepción, no hubo tristeza, sólo emoción y entrega mutua, de la banda a su público y de mí (minúscula parte de su público -1/20000-) hacia ellos.

Sin teloneros (gracias a Dios y a todos los santos, y al buen tino de la banda), poquito después de las ocho de la noche del sábado 20 de octubre se inició lo que sería mi primer inolvidable concierto de The Cure, con los sonidos provenientes de Open y su introducción, el concierto comenzó fuerte y contrariamente a decaer fue subiendo de intensidad con los acordes de Fascination Street que prendió al público de una forma electrizante, siguió Alt.end dando paso a Torture que sorprendió a muchos y causó harto entusiasmo, el mismo que se vio aumentado cuando interpretaron The walk, canción que fue coreada con alegría, posteriormente con The end of the world el público brincó en su sitio y cantó todavía más fuerte, si para este momento la gente no estaba lo suficientemente prendida llegó Lovesong a sacudir a las almas más tranquilas, a los enamorados, a los fans nuevos y a los de la vieja escuela, una vez terminada la anterior canción de amor llegó uno de los highlights de la noche Pictures of you que hizo desprender luces como estrellas del escenario e hizo cantar a todos y cada uno de los presentes en genial forma, las voces invadían cada centímetro cúbico del Palacio de los Deportes y se respiraba un profundo amor en el ambiente, con Lullaby algunos asistentes intentaron sugerir al Palacio entero que encendieran sus luces al ritmo de la música pero no muchos siguieron el ritual, aún así el ambiente fue delicioso durante esta interpretación, Maybe someday trajo recuerdos a muchos y probablemente desconcertó a los no muy involucrados en la música de la banda, pero la interpretación no tuvo tacha así como tampoco la tuvo una de las más mágicas de la noche, From the edge of the deep green sea. Después de eso la noche se engalanó con la presentación en México de una canción nunca antes interpretada aquí y perteneciente a la nueva producción (todavía inédita) de The Cure: Please Project la cual inició con acordes similares a High y que hizo que dos o tres centenares de asistentes pusieran cara de “esa no la conozco”, pero al terminar los rostros del público eran sonrientes. The hanging garden estuvo presente para aquellos a los que gustan de rolas un poco más oscuras, sin embargo después de ahí comenzó una de las partes más ligeras pero más energéticas de la noche iniciando con una ultrapopera y MAGNÍFICA versión de Push que provocó que el recinto latiera intensamente, How beautiful you are, In between days y Just like heaven nos dieron la posibilidad de bailar y cantar plenamente mientras la banda entregaba su alegría y sus notas más sonrientes, y cuando todo llega a la cima debe haber un descanso y eso nos permitió la inmersión en las rolas más profundas de la noche que hicieron el momento de pachequez más intenso que se pudo imaginar una vez que comenzó a sonar If only tonight we could sleep el ambiente se tornó alucinado y cuando The kiss empezó a sonar se sabía que de ahí en adelante no había marcha atrás y que volábamos por los aires, Us or them nos permitió seguir volando hasta que llegó el momento de acompañar a Smith a bailar al ritmo de Never enough (con todo y su pasito tun tun), para ese punto de la velada él dejó la guitarra y tomó únicamente el micrófono para disfrutar recorriendo el escenario y recibir entre otras cosas una camiseta de la selección mexicana con el número 10, de ahí saltamos para continuar el viaje con Wrong number, Signal to noise, The baby screams y la apoteósica One hundred years, otro de los mentados highlights, que rugió en el domo (e hizo rugir a los afortunados asistentes una vez más), antes de el “final” representado por End.

Después de una ronda intensa de aplausos The Cure salió nuevamente al escenario para darnos más, y no pudo ser mejor en esta ocasión ya que durante el primer encore Smith no tomó la guitarra, sino que se hizo dueño del micrófono (y del escenario) para cantar tres canciones dotadas de “carisma”, poder y punch Let’s go to bed, Close to me y Why can’t I be you? en las que la audiencia entera bailo y se prendió a todo lo que daba.

Aplausos, gritos y más aplausos que dieron paso al segundo encore el cual fue igualmente especial ya que nos llevó a los inicios de la banda con un bonche de rolas viejitas pero no por ello menos relevantes, por el contrario, Three imaginary boys, Fire in Cairo, Boys don't cry, Jumping someone else's train, Grinding halt, 10:15 saturday night y Killing an arab no decayeron en ningún momento y dejaron en nosotros el más agradable sabor de boca y con los sentidos revitalizados completamente excitados. Aquí dio por finalizada esta experiencia… después de tres horas de una presencia potente y sensible como la de The Cure.

¡Sencillamente fue un concierto espectacular!

¡Gracias The Cure!


Highlights personales: Pictures of you (y los besos y los abrazos y las lágrimas y los te amos que la acompañaron), Push (¡PUUUUUSH!), Maybe someday, Wrong number, One hundred years, Fire in Cairo, Close to me (¡increíble! ¡increíble!) y Jumping someone else's train. La compañía. Las sonrisas de Robert Smith, su pasito tun tun. El palacio a reventar.


(próximamente… 21 de octubre, segundo concierto)